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Crisis de financiamiento: ¿Puede la IA salvar a las startups de Latinoamérica?

Las startups latinoamericanas recaudaron en mayo su peor volumen desde 2020, cayendo 81% en comparación con el mismo mes del año pasado, de acuerdo con datos de Sling Hub. Las altas tasas de interés crearon una sequía de recaudación de fondos para las startups latinoamericanas y el problema está en su peor momento desde 2020. Expansión consultó a una startup mexicana y al fondo que confió en ella para conocer si la Inteligencia Artificial puede ser el oasis que buscan estas empresas.

¿Superpoderes para las startups de AL?

De acuerdo con el último reporte de Sling Hub, una plataforma de inteligencia de datos para este tipo de empresas, la recaudación de fondos cayó 81% a tasa anual durante mayo, y disminuyó 42% en comparación con el mes anterior. Es el peor volumen de captación de capital, por parte de las startups regionales, desde julio de 2020. Este “es un momento en el que levantar capital no es necesariamente tan sencillo como en 2021”. Los inversionistas están dejando de lado el modelo explosivo de las startups y ahora se concentran en empresas que vayan paso a paso, con un crecimiento más lento, pero sólido y sustentable, con ampliación de cartera de clientes y generando más ingresos, señala Damaris Mendoza, partner de 500 Global Latam. “No tenemos dinero infinito (en la región) para seguir invirtiendo todo el tiempo en compañías con modelos explosivos que consumen mucho capital, abunda”. Pero, apunta que, a pesar de que Latinoamérica nunca se ha caracterizado por ser pionera en los grandes avances tecnológicos, vive un momento clave para aprovechar al máximo el auge de la Inteligencia Artificial. Ali es una startup mexicana que forma parte de la generación 18 de 500 Global Latam. Su CEO y cofundador, Andrés Girault, explicó cómo esta legaltech dotó de “superpoderes” a los abogados de la región, gracias a la Inteligencia Artificial. En 2021, a meses de la explosión de la fama del ChatGPT, Andrés y su socio, Diego Molina, probaron la versión 3.0 del chatbot y se quedaron “con la boca abierta” por el potencial que tenía para cambiar el modo de trabajar de él, sus jefes y colegas. Así nació Ali, la plataforma que se encarga del procesamiento masivo de documentos, ahorrando miles de horas al año en búsqueda, recopilación y archivo de documentos legales a abogados y despachos enteros. “Se hablaba mucho de reemplazar a los abogados”, pero a Ali “lo que le apasiona es lograr asistir” a estos profesionales con ayuda de la IA, para que ganen tiempo y puedan llegar a cenar con sus hijos, desconectarse un fin de semana, bajar la incidencia de burnout. De acuerdo con la especialista de 500 Global, la idea es que la IA se aplique de la manera correcta para ‘ponerle esteroides a lo que ya se venía construyendo’.

¿La IA puede aliviar la sed de capital?

“Nunca ha habido un momento tan crítico y transformativo como el que estamos viviendo”, señala el CEO de Ali. Pero la inteligencia artificial puede ser un catalizador para las startups de la región, siempre que se superen algunos obstáculos. “Hay una disposición bastante favorable” de parte de los emprendedores para aprovechar los últimos avances, comenta Damaris Mendoza. Pero advierte que más allá de tratar de poner IA hasta en los chilaquiles, la región debe aprender cuándo su implementación sí genera una diferencia sustantiva. La experta observa, sin embargo, que algunos fondos de venture capital aún son bastante tradicionales y cautelosos y tendrán que “ponerse las pilas” para ubicar dónde poner las inversiones en medio de este fenómeno. Por otro lado, la región -caracterizada por ser seguidora y no pionera en términos de tecnología- tendrá que acelerar la capacitación y especialización técnica de su capital humano. Entonces, existe mucho talento junior que necesitará ser capacitado para no quedar obsoleto ante el vertiginoso avance de la IA. Considera que la crisis de financiamiento no es algo nuevo para la región, pues considera que las startups latinoamericanas siempre han remado contracorriente. Pero que, por su experiencia, en los últimos 20 años, los momentos de crisis son precisamente donde se construyen compañías que hoy consideramos exitosas. La clave, finaliza, está en la disciplina, en aprender a construir con muy poco, en hacer las cosas en el timing correcto y contar con el equipo correcto. Lo peor que podrían hacer las startups y los fondos en este momento es “no hacer nada”, pues puede ser el punto de inflexión que defina el éxito. “Esto va a plantar los pilares de cómo vamos a seguir construyendo la región los siguientes cinco o siete años”.

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